Ana Virginia Oviedo Arpaia, un personaje que ha forjado sus propios ideales en torno a la música. Uno de los tesoros de nuestra Alma Máter Carabobeña. Docente universitaria, quien pronto, este 16 de julio, arribará a sus 30 años de edad. Nos muestra un recorrido académico de vida, digno del esfuerzo, de alguien quien sabe apreciar, en el quehacer científico, las notas musicales de la sabiduría y del sagrado principio de la familia como núcleo generador de valores y conocimientos.

Desde el Vicerrectorado Académico de la Universidad de Carabobo, rendimos homenaje a esta profesora del virtuosismo musical, y para ello hemos querido mostrar, mediante un breve recorrido fotográfico, el lado humano de tan insigne Directora, orgullo de los carabobeños y los venezolanos.

En su pentagrama de vida, Ana Virginia asevera, en su devoción a la Virgen del Socorro, que "la música me ha hecho transitar por caminos inigualables. Un mundo de mundos que yo, sin ella (la música), ni ella (Socorro), no habría conocido... soy muy afortunada". "A veces pienso que la música no fue primero, sino que mi Virgencita Bella me cargó sin aún yo conocerla, y mediante ángeles colocados en mi camino, me condujeron a entrar al maravilloso mundo de las melodías. En cualquiera de tus advocaciones eres Madre; Madre al fin, incondicional, irremplazable".

En sus redes sociales, la Profe Ana indica: "si supieran la cantidad de adjetivos y nombres con los cuales se dirigen a mí desde que me dedico a la dirección musical de agrupaciones. Algunos con cariño, otros con jocosidad, otros con ambos elementos. Prácticamente todos (en su mayoría) relacionados a mi profesión". Monseñor Reinaldo Del Prette, Arzobispo de Valencia, la llama «Mi Directora Favorita».

Cuando la Profesora Oviedo se refiere al Orfeón UC, los llama el «Grupo de la Resistencia»: "ellos luchan diariamente, hasta para llegar al salón de ensayos; aún apuestan por estudiar y obtener un título en nuestra querida UC, defienden y claman sus derechos a través de la música. Agradecida a mis talentosos coralistas".

En su amor inseparable, como lo es la música, nuestra afamada Directora de Orquesta, haciendo poesía, se refiere a ella, como aquella melodía que le hace sentir "no precisamente mariposas, sino esa «parada de pelos» que causa mi trabajo y cada proyecto. Y si usted va ganando ese lugar que tiene Dios, María y mis músicos, en mi corazón «y en mis desvelos», ¡pues usted bienvenida sea! Gracias a la Música...".